viernes, 13 de mayo de 2011

BIM BAM!!

De dos buenas bofetadas, así me han bajado de la nube en la que me encontraba. En apenas dos meses lo que comenzó como algo bonito, con sentimiento, se ha convertido en algo que ya habia vivido antes: una relación en donde la pasión domina en exceso sobre la razón. Juré que una situación así no se repetiría. Pensaba erróneamente que ya tendría los mecanismos de defensa para evitar que me volviera a ocurrir. Pero a las personas no se las conoce desde el primer dia y solo cuando ya estás bien metido en algo que tú mismo empezaste es cuando te das cuenta del error. Un error que me ha llevado a situaciones incómodas, tristes e incluso ciertamente agresivas que nunca imaginé que llegaría a vivir. Mi anterior relación puede que no funcionara y que hubiera malentendidos, pero SIEMPRE se mantuvo el respeto mutuo y un tono de conversación civilizado como medio para dirimir los posibles conflictos que surgieran entre nosotros. Ahora me he enfrentado a un "yo" que nunca había visto antes. A pesar de haberme considerado siempre un chico con prudencia, con mesura, que rara vez han podido sacar de quicio, me he visto actuando como un auténtico animal. Gritos, cólera, lágrimas, perdón, reconciliación...una sucesión de acontecimientos que siempre critiqué, que siempre aseguré que nunca llegaría a protagonizar y que ahora están presentes en un pasado muy cercano afectando a mi vida, mi mente y mi autoestima. Cómo puede alguien derribar de un plumazo una construcción de valores tan sólida, fortalecida por años de vivencias, experiencias y aprendizaje? La respuesta no es tan difícil: a pesar de querer dominarlo, nuestro corazón tiene mucha más fuerza impulsiva de la que nos imaginamos. Apelar a la razón, cuando la pasión es tan intensa y, al mismo tiempo también te aporta sentimientos y sensaciones maravillosas, suena a quimera. Y así fué. Me dejé llevar por un camino en el que la pasión me guiaba mientras mi verdadera esencia se quedaba atrás hasta el punto de no retorno en el que me encuentro ahora. Estoy perdido, confuso. Mil y un pensamientos rondan mi cabeza que me llevan a un estado de insomnio casi constante durante estos últimos días. Se que esto pasará. Se que volveré a encontrar ese camino perdido en donde de nuevo encontraré a mi "yo" auténtico. Fuerte, decidido, comedido, prudente, autosuficiente y, sobretodo, RACIONAL. Pero para ello he de superar antes el obstáculo más difícil de todos. Establecer expresamente mis prioridades ante aquel que me ha llevado de la mano por este camino tan intenso. Este escrito supone una reorganización de pensamientos que hacia tiempo necesitaba expresar, pero el cambio no comenzará hasta que el procurador de tantos dispares sentimientos conozca toda mi verdad. Es el comienzo para recuperar mi auténtica felicidad, y con ella lo que se quedó por el camino: mi ESENCIA.


El ángel caído

No hay comentarios: